Dubrovnik. El asedio

 

DUBROVNIK (CROACIA). EL ASEDIO

Fragmento del relato homónimo de Joan C. Roca Sans

Nosotros no éramos más de un millar para defender todo el perímetro del sitio y ellos eran siete mil, más unos veinte mil reservistas montenegrinos. Era un número exagerado para atacar Dubrovnik, que estaba desmilitarizada, lo que indica que pretendían ocupar y anexionarse tota la región con un cambio posterior de fronteras. Éramos tan pocos que no podía haber propiamente línea de fuego. Per esto, nos cualificaron de terroristas y respondieron con bombardeos desproporcionados a la resistencia.

Des del comienzo del sitio, los suministros de luz, agua y alimentos habían quedado cortados. Para hacerlo más difícil, la ciudad estaba llena de refugiados. Para romper el bloqueo lo basábamos todo en la rapidez. Salíamos de la isla de Korkula, y cruzábamos  por las de Sipan, Lopud y Kolocep. Cuando nos veían y reaccionaban, ya habíamos pasado. Nuestras lanchas eren mucho más rápidas. De hecho, durante el sitio no murió nadie de mi escuadrón. Después, sí.

En Korkula había dos antiaéreos de 88 mm, los famosos Flak 37 alemanes, que eran muy efectivos como antitanques; pero había de dotarlos de cureñas móviles. Los llevamos a Dubrovnik y  las cureñas las hicimos nosotros en un taller de coches.

El sitio era cada vez más duro, sobretodo para la población civil. El 30 de octubre bombardearon hoteles llenos de refugiados. En el hospital, gracias a los generadores, se pudo continuar el servicio. El 6 de diciembre cambiaron de objetivo, y bombardearon la zona del nordeste de la ciudad vieja, al convento de los Franciscanos, con morteros pesados y cohetes.

Las imágenes que salían al extranjero, tanto de les televisiones serbia y montenegrina, como las de corresponsales, provocaron un tira y afloja de condena internacional. Los serbios iban haciendo propuestas de rendirse a “las fuerzas de ustashes y mercenarios extranjeros” que supuestamente estaban en la ciudad, por si colaba. También decían en la televisión que el bombardeo no era real, y que los croatas quemábamos neumáticos para simular la destrucción de la ciudad.

El absurdo asedio de Dubrovnik y la masacre de Vukovar ayudaron a redefinir la percepción del conflicto. Fue como si en Vukovar pusiesen los muertos y nosotros, la escenografía. Así y todo, el sufrimiento de la ciudad duró nueve meses, hasta que en el mes de Mayo se levantó completamente el sitio, que nos costó 300 víctimas, casi un centenar de les cuales eran civiles. Mucho más caro fue el precio de la independencia.

© JC Roca Sans 2010

Descargar el relato completo (catalán):

DUBROVNIK. El asedio

 

El asedio

MUESTRA PRESENCIAL

Dubrovnik. El Asedio. 146×209 cm. Planta 1ª, nau C. Fundació Vila Casas. Museu de Pintura Contemporània de Can Framis. Barri @. Barcelona. 01/09/2011 – 23/07/2012.

 

CAN FRAMIS. BARRI @. BARCELONA

 

DUBROVNIK. Óleo sobre tela

 

CROACIA. EL PRECIO DE LA INDEPENDENCIA

 

 

Cuando la barbarie se desató por tierras de la antigua Yugoslavia, tomé partido por las víctimas, fuesen del bando que fuesen, incapaz de entender las razones de aquella catástrofe. Ahora, he ido a los países que la padecieron, influido sin duda por la creciente incomodidad que existe entre mi país, Catalunya, y el resto del Estado español. Después, he intentado simplemente explicar lo que he visto y oído, como lo he visto y que sensaciones me ha producido.

En Yugoslavia todo falló: la UE falló, la ONU falló. ¿Per qué? Dice uno de los protagonistas de este relato que ningún país ha ganado nunca la independencia sin armas y sin guerra”. Lograr la independencia ha costado a los croatas un retroceso de quince años y una despoblación de la cual aún no se han recuperado. Ellos dicen con orgullo: “Pero ganamos”. Y yo me pregunto: “¿Es esta la única manera de hacer-lo? El ser humano sólo aprende de los desastres, de les hecatombes. Los conflictos son inevitables; pero los mecanismos internacionales se supone que han aprendido de la lección. ¿O no lo han hecho?

JC Roca Sans

 

MEMORIA DEL PROYECTO

Esta narración reflexiona sobre la posibilidad real de los procesos soberanistas en la Europa del futuro. Para desafiar el concepto convencional de exposición utilizo diversos formatos de imagen y reduzco la visibilidad del proyecto a dos elementos: una pieza analógica de 146 x 209 cm., pintada al óleo sobre arpillera de yuta y un vídeo complementario que explora las posibilidades digitales del cuadro.

La pieza analógica Dubrovnik: el asedio, es un homenaje a los paisajistas de inicios del siglo pasado, con especial referencia al grupo de la Associació d’Artistes Catalans y a los más simbolistas de sus socios, como Galwey, Tamburini, Brull, Alexandre de Cabanyes, Ros y Güell y otros. Esta pintura explica una historia: el bombardeo de Dubrovnik por les fuerzas serbias a finales de 1991.

El vídeo complementario explora las posibilidades digitales del cuadro y es también un homenaje. Es el tributo a aquellos pintores impresionistas interesados en la evolución de la luz atmosférica, como Claude Monet cuando pintaba la fachada de la catedral de Rouen con intervalos horarios, y que tiene un equivalente en los programes de edición de imagen donde, alterando las características de la pieza analógica, podemos imaginar la progresión nocturna de los incendios provocados por los bombardeos serbios sobre la ciudad de Dubrovnik.

 

SINOPSIS DEL RELATO

Anthony, un chico americano que acaba de graduarse en ciencias políticas, quiere mostrar a Helen, su novia, la tierra de los antepasados. Tras volar de Los Ángeles a Zagreb, hacen un recorrido por lugares que Anthony tenia pendientes de las visitas que había hecho a Croacia acompañando a sus padres pares, Ante y Dora.

Exploran lugares como Osijek, Vukovar, Jasenovac y Bihac, hasta que llegan al pueblo de Trsteno, en la Dubravocko Primorje, donde el tío Ivica tiene un restaurante. Allá coinciden con  Darwin Butkovic, venido de Varazdin y que luchó con Ivica en el sitio de Dubrovnik.

Durante tres días, el restaurante es el escenario de apasionadas discusiones sobre las guerras pasadas y los posibles escenarios de futuro. La pareja constata de primera mano el precio que Croacia ha tenido que pagar para lograr la independencia, el resentimiento de los croatas hacia la UE por no haber dicho a Milosevic a tiempo que hay cosas que no se pueden hacer y otros aspectos que dibujan un futuro para los Balcanes que nunca será fácil ni cómodo.