Nicosia. La ciudad dividida

 

CHIPRE (REPÚBLICA DE CHIPRE). LA FRONTERA

Adaptación del relato “Nicosia, la ciudad dividida” de Joan C. Roca Sans

 

Mi nombre es Marina y mi súbito interés por Chipre había empezado en Barcelona, cuando asistí a la presentación de una patente para trasladar fotografías de pinturas murales con un gel plástico. Allí hice amistad con Diana y su marido Kypros, que también se dedican a la restauración de bienes patrimoniales.

Me invitaron a visitarles, y quise explorar la verdad de aquella isla por mi misma, más allá de las versiones, muchas veces contradictorias, según que fuesen griegas, turcas o británicas las fuentes consultadas. Nicolás, mi novio de entonces, se apuntó enseguida.

 

AGIOS GEORGIOS ALAMANOU

El mismo día de nuestra llegada encontramos a un anciano pater, llamado Dionisos, en el monasterio de Agios Georgios Alamanou que nos dijo sin mediar pregunta alguna por nuestra parte:

“Los soldados entraron en San Barnabas y nos ataron las manos, mientras nos insultaban y golpeaban. Después de unas horas de incertidumbre, nos metieron en un camión amarrados por el cuello los unos con los otros. El oficial dio unas órdenes que no comprendí. Había tanto odio en la mirada de aquellos hombres que pensé que nos iban a matar.”

El  hombre  se mantenía erguido ayudándose por un cayado de madera casi tal alto como él. Sus ojos claros asomaban debajo de unas cejas pobladas. En ellos había curiosidad y tristeza. Su mirada desprendía una profunda, cálida y entrañable humanidad. Señalando los retratos que colgaban en una pared, dijo:

“Todos muertos. Todos muertos. Sí, éste es el Arzobispo Makarios.”

Pegadas en un cartón con un gran marco sin cristal se veían las fotos de una vida. En una de ellas un monje estaba mirándole mientras pintaba. En otras, un grupo contemplaba uno de sus cuadros terminado, o se veían familiares posando al lado de un automóvil. En el otro extremo se alzaba un caballete con un icono empezado y tubos de pintura seca que indicaban que el pater Dionisos ya nunca terminaría el cuadro.

Quiso la casualidad que la primera persona con la que hablamos en Chipre fuese una de las víctimas de los dramáticos hechos de aquel verano sangriento, cuando el golpe militar de Nikos Sampson proporcionó a Ankara el pretexto con el que había estado soñando para invadir más de un tercio de la isla, y de donde los turcos no tenían intención de moverse.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el arzobispo Makarios y el general griego Georgios Grivas constituyeron la EOKA (Organización nacional de combatientes chipriotas). Diez años más tarde empezó la lucha por la independencia. El ejército británico llegó a enviar 40.000 efectivos para luchar contra la guerrilla, apoyada por la población civil. En 1959 se alcanzó la independencia, que prohibía tanto la Enosis (unión con Grecia) como la Taksim (partición de la isla) y que instituía como garantes del nuevo estado al Reino Unido, Turquía y Grecia.

Durante tres años se mantuvo la calma hasta que un incidente desencadenó una espiral de violencia. Ambas comunidades constituyeron grupos paramilitares que protagonizaron violentos enfrentamientos, mientras los turco chipriotas fueron pasando de núcleos rurales aislados a enclaves y zonas donde se podían sentir más seguros. En 1963 la ONU se vio obligada a intervenir, porque la OTAN no podía hacerlo al ser países miembros tanto Grecia como Turquía.

En 1974  la situación dio un giro radical. La Junta Militar griega instigó un golpe de estado en Chipre con el apoyo de la CIA. El Primer Ministro turco, Bulent Ecevit, temiendo que Nikos Sampson, miembro radical de la EOKA, ahora Primer ministro de Chipre impuesto por la Junta, se lanzase a masacrar a los turcos de la isla, se dirigió a Londres para solicitar una intervención conjunta turco británica. Los británicos vacilan y Ecevit decide actuar en solitario. Tiene ante si la ocasión que estaba deseando. Y empieza la operación Attila.

Fuerzas de infantería de marina desembarcan cerca de Kyrenia, mientras un cuerpo aerotransportado toma tierra en la llanura situada entre las montañas de Kyrenia y Nicosia, en una zona de población mayoritariamente turca. Ambos contingentes se reúnen y al día siguiente el golpe militar de Sampson aborta, al tiempo que la junta de los coroneles queda colapsada en Grecia.

La isla queda de facto partida en dos. Una cosa hubiese sido intervenir para derrocar a Sampson y retirarse después, pero una ocupación militar permanente es inadmisible. A mediados de los 70’ empiezan las conversaciones de paz que no han dado ningún resultado hasta ahora. En 1983 se autoproclama la República Turca del Norte de Chipre que sólo es reconocida por Ankara.

 

RUMBO AL OESTE

Después de visitar el castillo de Limassol, comimos moussaka al lado del Mercado Central. Más tarde decidimos bajar por la costa hasta el extremo occidental de la isla, antes de atravesar la cordillera de Troodos y entrar en Nicosia para encontrarnos con Diana y Kypros.

En el camino nos detuvimos en un par de monasterios, muy arreglados pero con escasos residentes. En  el de Chrysorrogiatissa sólo viven dos monjes. El que atendía, Arsenius, era rumano. Tenía pocos conocimientos de griego y ninguno de inglés, pero, viendo nuestro interés en el museo nos mostró un cuarto secreto con docenas de iconos amontonados y catalogados.

 

LAS MONTAÑAS DE TROODOS

Así llegamos a un valle, llamado de Solea, muy arbolado y fresco, con arroyos de aguas limpias y árboles frutales. Atravesamos el pueblo de Kalopanagiotis, con sus casas de montaña, de tejados inclinados y galerías de madera.

Pasamos el río Setrachos por un puente que salva un barranco profundo, y encontramos una explanada…donde se alza el antiguo monasterio de Agios Ioannis Lampadistis, que estaba abierto y tenía las luces encendidas. El fraile al cargo nos invitó amablemente a entrar. Al hacerlo, no pude decir palabra. El pasado venía hacia mí y yo lo recibía extasiada, suspendida entre el origen y el final de los tiempos y no me hubiese movido hasta que me echasen.

El hermano Alexis frisaba los cincuenta, ostentaba una barba gris y una sonrisa permanente de felicidad. Era griego, de Tesalónica, había vivido en el Monte Athos y ahora, desde hacia ocho meses se ocupaba del lugar. Preguntamos si había servicio mañana, domingo.

El pater de Kalopanagiotis oficiaba la ceremonia. Los hombres y las mujeres estaban separados. Describir el lugar me llevaría horas, así que me limitaré a decir que el Templón, que hace de iconostasis es de madera pintada y data del siglo XIII, un auténtico milagro de supervivencia, y en activo.

Las paredes de las tres iglesias están cubiertas de frescos de distintas épocas y estilos, algunos del llamado italo bizantino, que acusa una clara influencia occidental por la introducción de la perspectiva y el tamaño relativo de las figuras.

La iglesia estaba abarrotada. El ritual se desarrolló en la penumbra, sencillo y emocionante, gracias a las salmodias que el hermano Félix cantaba acompañado de dos seglares, a la luz vacilante de las velas que sosteníamos, los candelabros y las lámparas de aceite, la bendición del pan y el vino, el olor del incienso y al tintineo metálico del incensario.

Cuando llegó el turno a la política, le pregunté su opinión sobre el problema de Chipre. Su respuesta fue sencilla:

“Lo que da miedo son los fanáticos, del lado que sean. En Chipre los políticos han creado barreras de odio y es que nadie está libre de culpa y sin embargo nadie quiere reconocer su parte.”

[…]

 

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Chipre. La frontera

 

Chipre. Detrás de la frontera

   

EXPOSICIÓN EN EL ESPACIO DE FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA DE LA FUNDACIÓN VILA CASAS

   

Roca Sans

by Fundacio Vila Casas

 

En el Palau Solterra. Torroella de Montgrí (Invierno 2011-2012)

 

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Presentación en el Palau Solterra


por Glòria Bosch, Directora de arte de la Fundación Vila Casas

Las palabras crisol y frontera son fundamentales para entender la actitud de Juan Carlos Roca Sans ante el arte. El crisol del alquimista como fusión e integración de elementos para conseguir la piedra filosofal o la esencia de un planteamiento que en lugar de cerrar nos abre a la comprensión. Él, tira desde diferentes vías, lenguajes, técnicas…, hasta conseguir el equilibrio, la unidad de lo que quiere expresar. Pero, al mismo tiempo, el tejido que se genera, la historia que nos cuenta, es una colaboración, un equilibrio entre narrativa e imagen. Y eso, para mí, es la esencia de la contemporaneidad, la capacidad de romper con los esquemas y las compartimentaciones que separan.

Las fronteras son una relación ficticia, impuesta, que condiciona las relaciones humanas y la comprensión. Las fronteras no son buenas en las relaciones entre personas y culturas, como tampoco lo son cuando hablamos de disciplinas artísticas. Si nos remitimos al ensayo de Virginia Woolf, “Un cuarto propio”, un ejemplo con el que siempre me siento cómoda para explicar la libertad y la porosidad de la mente como elemento integrador que no sabe de límites, porque la mente (esta cámara propia que nadie nunca podrá cerrar con llave) siempre tiene una ventana abierta, –como la que tenía Woolf mientras escribía–, mientras observaba, reflexionaba y integraba lo que veía.

Con esta exposición de Roca Sans, la Fundación Vila Casas ha querido completar la visión del artista, después de la que presentó en Can Mario, este último verano, añadiendo un relato más, que sale, igual que el anterior, de su proyecto Ermoúpoli, un ambicioso work in progress donde el concepto de viaje que une la realidad con la ficción es esencial y donde cada rama es una historia que pretende fusionar el relato y la imagen. “Chipre, la frontera” nos cuenta la experiencia de un supuesto viaje realizado por su protagonista, Marina, presuntamente un alter ego del autor. Pensamos que, de esta manera, se puede dar a conocer mejor su trabajo de integración de las artes, que utiliza diferentes disciplinas para dar sentido a la obra, eligiendo no sólo el dibujo (que lo acerca a su propia experiencia pictórica) y la fotografía del dibujo (para poder trabajar con programas de edición digital), sino también el vídeo de animación que permite ver la historia completa y la escultura, con maquetas de chapa de hierro pintado, que incorpora transfers de pinturas sobre metacrilato.

La fusión de la realidad con la ficción le permite alcanzar unos objetivos sociales y políticos, expresando su preocupación y el compromiso ante el estado de las cosas, y va más allá cuando en lugar de oponerse, de dividir, establece este concepto de frontera como límite a traspasar en todos los aspectos de la vida y del arte, porque el límite, cuando hablamos de estos hechos, se adelgaza y se vuelve frágil, tan frágil como tantas imposiciones que nos ponemos y nos ponen, siempre buscando cerraduras y llaves que cierren bien.

   

 

EXPLORANDO EL ORDEN Y EL CAOS

El pictorialismo, que marcó el nacimiento de la fotografía, ha invertido su discurso y hoy ya no son los fotógrafos quienes imitan a los pintores, sino los pintores quienes siguen el camino del realismo fotográfico, siempre bien recibido por el público. ¿Estamos ante el final de la creación manual y subjetiva de la imagen? Todo hace suponer que sí. La presencia de la imagen fotográfica –cine, televisión, vídeo– en el mundo contemporáneo es total. Ya casi nadie ahora, tal vez excepto los niños, dibuja de retentiva, es decir formando en el papel una imagen subjetiva donde lo que se acaba de ver supone un diez por ciento del resultado, mientras que el archivo mental proporciona el noventa por ciento restante.

La respuesta al enigma que plantean estos trabajos de JC Roca Sans radica en el hecho que ponen en relación prácticas contradictorias, hasta encontrar la solución inesperada que permite atravesar superficies y obligarlas a mostrar sus dos caras, que es lo mismo que desenmascarar lo real. Esta sorprendente hibridación entre arte y ciencia convierte el dibujo en fotografía, explorando las posibilidades de las herramientas digitales, al actuar sobre la más primigenia de las artes visuales: el dibujo de retentiva.

La singularidad de esta propuesta consiste en que no tiene su origen en capturas hechas con una cámara, sino en dibujos que narran una historia, creada por el mismo autor, para quien la vida, la propia o la de los otros, es siempre un tema apasionante para ser contado. Hasta aquí nada nuevo, si no fuera porqué estos dibujos son fotografiados y trabajados con programas de retoque digital para explorar los efectos expresivos de la luz. El resultado es que el dibujo se convierte en fotografía, con efectos  próximos a los aguafuertes del Barroco o a las películas expresionistas, ya que con ambos tiene en común la representación del drama.

Al explorar el orden y el caos en paralelo, con formatos de pintura, fotografía y video, y haciendo que los distintos medios y soportes dialoguen entre si, Roca Sans rompe las barreras que separan los nuevos soportes de los viejos, que no serían sino dos caras de una misma moneda. Con ello desmonta la pretensión de que sólo la novedad vale, y pone en evidencia que el arte no progresa de una manera lineal sino que avanza actualizando su origen.

 

INTRODUCCIÓN DE EDUARD CARBONELL

Catedrático de Historia del Arte en la Universidad de Girona

 

“La hibridación sella la clave del futuro. Los medios se intoxican los unos a los otros y lo más interesante de esta intoxicación no es el mero trasvase tecnológico, sino el conceptual”.

(Joan Fontcuberta. La cámara de Pandora)

 

Iluminar el pasado con la memoria del presente

El relato que hoy nos ocupa, “Chipre. La frontera”, es, en palabras del mismo autor: “un trabajo que explora la problemática política y humana de la isla de Chipre”. Su título hace referencia a la separación física e ideológica que desde hace treinta y seis años divide a las comunidades griega y turco chipriotas.

Roca Sans analiza con el rigor del investigador los hechos históricos y los sitúa como fondo de su historia concreta; o mejor dicho, sitúa su historia concreta, inventada, dentro de la historia de los hechos reales. En sus viajes toma notas, dibuja, elabora carnets de viaje. Como lo hacían los pintores a principios del siglo XIX, –antes de los realistas franceses y de los impresionistas, antes de la pintura al “plein air”–, que se inspiraban en la naturaleza y después realizaban la obra en su estudio.

Los resultados plásticos obtenidos proceden de una transformación  de aquellos apuntes, esbozados en sus cuadernos. A partir de aquí, el mismo artista nos describe su proceso técnico y conceptual: “Sabemos que los programas de edición de imagen sirven para mejorar las capturas fotográficas. Pero se puede ir más lejos, si se actúa para transformar y enriquecer apuntes, una vez rasterizados fotográficamente. La no intervención “analógica” posterior es lo que hace que sean fotografías. Lo que llega al público son pues, técnicamente, fotografías, pero salta a la vista que lo que se pretende es ir en contra de la mirada construida a través de una lente que imita al ojo humano. Mi objetivo es establecer un contexto de producción donde arte manual y ciencia establezcan un diálogo fructífero”, afirma.

El resultado es una narración plástica, como encontramos en toda la historia del arte, como encontramos desde, por ejemplo, las miniaturas hispánicas del siglo X, donde la narración de diversas escenas se desarrolla de manera seguida. Y a partir de este momento hasta llegar al cómic del siglo XX. No es un documental fotográfico, no es cinema; sí que es dibujo hecho a partir de la retentiva de las visiones acumuladas, que la tecnología ha permitido llevar al resultado que hoy vemos. Desde el punto de vista plástico nos hallamos delante de dibujos hechos en negro sobre texturas como de acuarela, donde predominan los tonos ocres, pero también a veces azules y verdes muy claros.

Las secuencias del vídeo van acompañadas de una voz en off que explica lo que vemos, dando lugar a un relato completamente construido, que los dibujos explican de manera minuciosa. Descripción de paisajes, de escenas complejas de muchos personajes, resueltas con trazos seguros y imprescindibles, con tratamiento de perspectiva, conseguida tanto por el dibujo que conforma diversos planos en profundidad, como con los blancos obtenidos con reserva de color. Luz que se dispone procedente de diversos focos, y que contribuye a la volumetría de las escenas. Algunas de estas parece que se inspiren en los grabados de Goya; otras, por el tratamiento de la luz en un único foco –es el caso de una vela central–, nos evocan la pintura tenebrista.

Los tres soportes: el vídeo de animación, el catálogo (concebido como novela gráfica) y la exposición de las obras, conforman una unidad donde estas características que hemos apuntado corresponden plenamente.

Evidentemente, en “Chipre. La frontera”, Roca Sans toma partido delante de los hechos históricos. Es la implicación del artista en el mundo de hoy, en temas concretos. Y lo hace de manera que supedita formalmente su arte a aquello que explica; elije la manera plástica de hacerlo. Es una historia inventada, pero es una invención que presupone describir una realidad histórica concreta y real a la manera de crónica, de documental, de cómic. Pero desde el dibujo o la pintura, desde el arte, que es su lenguaje.

 

Eduard Carbonell

 

OPINIONES

Te envío esta intervención de Cohn-Bendit que creo interesante:

“Hay otra manera de ayudar a los presupuestos de Grecia, que es, tomar la iniciativa política de fomentar el desarme de la región. Es decir, una iniciativa para que las fuerzas armadas turcas se retiren, de una vez por todas, del Norte de Chipre.

Somos unos completos hipócritas. Dejamos dinero a Grecia, a unos intereses altísimos, para que nos compren aviones y submarinos. Si somos realmente responsables, garanticemos entre todos la integridad territorial de Grecia. Creo que esto sería más eficaz que recortar sueldos de menos de mil euros.”

Intervención de Daniel Cohn-Bendit en el Parlamento Europeo (5/6/2010)